Salmos 57, 1

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Del maestro de coro. «No destruyas». De David. A media voz. Cuando, huyendo de Saúl, se escondió en la cueva.

[[2]] Misericordia, oh Dios, misericordia, que busco refugio en ti, me cobijo a la sombra de tus alas esperando que pase el infortunio.
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