Santiago 4, 11-12

Hermanos, no habléis mal unos de otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la Ley y juzga a la Ley; y si juzgas a la Ley, ya no eres un cumplidor de la Ley, sino un juez. Uno solo es legislador* y juez, el que puede salvar o perder. En cambio tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo*?
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