I Reyes 8, 1-9


Dedicación del templo
2 Sm 7; 2 Cr 5s

Entonces Salomón convocó a palacio, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a los jefes de tribu y a los cabezas de familia de los israelitas para trasladar el arca de la alianza del Señor desde la Ciudad de David – o sea, Sión– . Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón en el mes de octubre, el mes séptimo, en la fiesta de las Chozas. Cuando llegaron todos los ancianos a Israel, los sacerdotes cargaron con el arca del Señor, y los sacerdotes levitas llevaron la tienda del encuentro, más los utensilios del culto que había en la tienda. El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él ante el arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes. Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza del Señor a su sitio, al camarín del templo – al Santo de los santos– , bajo las alas de los querubines, porque los querubines extendían las alas sobre el sitio del arca y cubrían el arca y las andas por encima. Las andas eran lo bastante largas como para que se viera el remate desde la nave, delante del camarín, pero no desde fuera. En el arca sólo estaban las dos tablas de piedra que colocó allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas, al salir de Egipto, y allí se conservan actualmente.
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