II Corintios 1, 3-6


Consuelo en la tribulación

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre compasivo y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación, para que nosotros, podamos consolar a los que pasan cualquier tribulación con el mismo consuelo que recibimos de Dios. Porque así como son abundantes nuestros sufrimientos por Cristo, así también por Cristo abunda nuestro consuelo. Si sufrimos tribulaciones, es para consuelo y salvación de ustedes; si recibimos consuelos, es también para consuelo de ustedes, y esto les da fuerzas para soportar con fortaleza los mismos sufrimientos que nosotros soportamos.
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