I Macabeos 1, 1-9


Introducción histórica

Alejandro el macedonio, hijo de Filipo, que ocupaba el trono de Grecia, salió de Macedonia, derrotó y suplantó a Darío, rey de Persia y Media, entabló numerosos combates, ocupó fortalezas, asesinó a reyes, llegó hasta el confín del mundo, saqueó innumerables naciones. Cuando la tierra quedó en paz bajo su mando, su corazón se ensoberbeció y se llenó de orgullo, reunió un ejército potentísimo y dominó países, pueblos y soberanos, que tuvieron que pagarle tributo. Pero después cayó en cama, y cuando vio cercana la muerte, llamó a los generales más ilustres, educados con él desde jóvenes, y les repartió el reino antes de morir. A los doce años de reinado, Alejandro murió y sus generales se hicieron cargo del gobierno, cada cual en su territorio; al morir Alejandro, todos ciñeron la corona real, y después los sucedieron sus hijos durante muchos años, multiplicando las desgracias en el mundo.
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