II Crónicas  8, 1-18


EMPRESAS Y FAMA DE SALOMÓN
Diversas noticias sobre Salomón
1 Re 9,10-28

Salomón construyó el templo del Señor y el palacio durante veinte años. Fortificó las ciudades que le había dado Jirán e instaló en ellas a los israelitas. Luego se dirigió contra Jamat de Sobá y se apoderó de ella. Fortificó Tadmor, en el desierto, y todas las ciudades de aprovisionamiento que había construido en Jamat. Convirtió Bet-Jorón de Arriba y Bet-Jorón de Abajo en plazas fuertes, con murallas, puertas y cerrojos. Lo mismo hizo con Balat, con los centros de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades con cuarteles de carros y caballería, y cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todas las tierras de su Imperio. Salomón hizo un reclutamiento de trabajadores no israelitas entre los descendientes que quedaban todavía de los hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos – pueblos que los israelitas no habían exterminado– . A los israelitas no les impuso trabajos forzados, sino que le servían como soldados, funcionarios, jefes y oficiales de carros y caballería. Los jefes y capataces que mandaban a los obreros eran doscientos cincuenta. A la hija del Faraón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, porque pensaba: El palacio de David, rey de Israel, quedó consagrado por la presencia del arca del Señor; mi mujer no puede vivir en él. Salomón ofrecía holocaustos al Señor sobre el altar del Señor que había construido delante del atrio. Observaba el rito diario de los holocaustos y las prescripciones de Moisés referentes a los sábados, principios de mes y las tres solemnidades anuales: la fiesta de los Ázimos, la de las Semanas y la de las Chozas. Siguiendo las prescripciones de su padre, David, asignó a las clases sacerdotales sus servicios; a los levitas, sus funciones de cantar y oficiar en presencia de los sacerdotes, según el rito de cada día; y a los porteros los encargó por grupos de cada una de las puertas. Así lo había dispuesto David, el hombre de Dios. No se desviaron de lo que el rey había mandado a los sacerdotes y a los levitas en cosa alguna, ni siquiera en lo referente a los almacenes. Así llevó a cabo toda la obra, desde el día en que puso los cimientos del templo del Señor hasta su terminación. Salomón se dirigió entonces a Esión Gueber y Elot, en la costa de Edom. Por medio de sus ministros, Jirán le envió una flota y marineros expertos. Fueron a Ofir con los funcionarios de Salomón y trajeron de allí al rey Salomón unos dieciséis mil kilos de oro.
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