Isaías 8, 11-15


El Señor, piedra de tropiezo

Así me dijo el Señor, mientras su mano me agarraba y me amonestaba para que no siguiera el camino de este pueblo: – No llamen aliados
a los que ese pueblo llama aliados,
no los aterre ni los atemorice
lo que él teme; al Señor Todopoderoso
llámenlo Santo,
que sólo él les infunda temor;
que sólo él los haga temblar, él será piedra para tropezar
y roca para despeñarse
para las dos casas de Israel,
será lazo y trampa
para los habitantes de Jerusalén: muchos tropezarán en ella,
caerán, se destrozarán,
se enredarán y quedarán atrapados.
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