Juan  1, 19-34


Testimonio de Juan el Bautista
cfr. Mt 3,1-12; Mc 1,1-8; Lc 3,1-18

Éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos [le] enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle quién era. Él confesó y no negó; confesó que no era el Mesías. Le preguntaron:
– Entonces, ¿eres Elías?
Respondió:
– No lo soy.
–¿Eres el profeta?
Respondió:
– No. Le dijeron:
–¿Quién eres? Tenemos que llevar una respuesta a quienes nos enviaron; ¿qué dices de ti? Respondió:
– Yo soy la voz
del que grita en el desierto:
Enderecen el camino del Señor,
según dice el profeta Isaías. Algunos de los enviados eran fariseos 25 y volvieron a preguntarle:
– Si no eres el Mesías ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas? Juan les respondió:
– Yo bautizo con agua. Entre ustedes hay alguien a quien no conocen, que viene detrás de mí; y [yo] no soy digno de soltarle la correa de su sandalia. Esto sucedía en Betania, junto al Jordán, donde Juan bautizaba.

cfr. Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21s

Al día siguiente Juan vio acercarse a Jesús y dijo:
– Ahí está el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. De él yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero vine a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel. Juan dio este testimonio:
– Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma y se posaba sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquél sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.
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