Mateo 26, 17-29


Pascua y Eucaristía
Mc 14,12-16; Lc 22,7-13

El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
–¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? Él les contestó:
– Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos. Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.

Mc 14,17-21; Lc 22,21-23; cfr. Jn 13,21-30

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían, les dijo:
– Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar. Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
–¿Soy yo, Señor? Él contestó:
– El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido. Le dijo Judas, el traidor:
–¿Soy yo, maestro?
Le respondió Jesús:
– Tú lo has dicho.

Mc 14,22-25; Lc 22,14-20;
cfr. Jn 6,51-59; 1Cor 11,23-25

Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo:
– Tomen y coman, esto es mi cuerpo. Tomando la copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
– Beban todos de ella, porque ésta es mi sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados. Les digo que en adelante no beberé de este fruto de la vid hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
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