Genesis 14, 14-20

Cuando oyó Abram que su hermano había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres aguerridos, nacidos en su casa, en número de trescientos dieciocho, y persiguió a los raptores hasta Dan. Y desplegándose sobre ellos de noche, él y sus siervos, los batió, acosándolos hasta Joba, al norte de Damasco. Y recuperó todos los bienes, y también a Lot, su hermano, con su hacienda, sus mujeres y su gente. Cuando volvía, después de derrotar a Kedorlaómer y a los reyes coaligados con él, el rey de Sodoma le salió al encuentro al valle de Savé, que es el valle del rey. Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, y bendijo a Abram diciéndole: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. Y bendito sea el Dios Altísimo, que puso a tus enemigos en tu mano. Abram le dio el diezmo de todo.
Ver contexto