Hechos 17, 1-4

Pasaron por Anfípolis y Apolonia y llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de judíos. Según su costumbre, Pablo entró allí, y por tres sábados dialogó con ellos a partir de las Escrituras, explicando y probando que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos, y que «éste es el Mesías, este Jesús a quien yo os anuncio». Algunos de entre ellos se dejaron persuadir y se agregaron a Pablo y a Silas, así como una gran muchedumbre de prosélitos griegos y no pocas mujeres principales.
Ver contexto