Hechos 3, 18-26

pero Dios cumplió así lo que ya tenía anunciado por boca de todos los profetas: que su Mesías había de padecer. Arrepentíos, pues, y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, para que lleguen, de parte del Señor, los tiempos de refrigerio, y él envíe al que para vosotros ha sido constituido Mesías, que es Jesús, y a quien el cielo debe retener hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas desde antiguo. Dijo en efecto Moisés: Un profeta como yo os suscitará Dios, el Señor, de entre vuestros hermanos; lo escucharéis en todo lo que os hable. Todo el que no escuche a tal profeta será exterminado del pueblo (Dt 18,15.19s). y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos hablaron, anunciaron también estos días. «Vosotros sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con nuestros padres cuando dijo a Abraham: Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra. Para vosotros, los primeros, ha suscitado Dios a su siervo y lo ha enviado a bendeciros con tal que se convierta cada uno de sus propias maldades.»
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