Baruc 3, 29-37

¿Quién subió al cielo a tomarla, y la hizo bajar de las nubes? ¿Quién cruzó el mar y la halló, y la trajo al precio del oro más fino? No hay quien conozca su camino, ni quien su sendero adivine. Sólo el que todo lo sabe la conoce y la encontró con su inteligencia, el que dispuso la tierra para siempre y la pobló de animales cuadrúpedos, el que envía la luz, y ella va, el que la llama, y ella obedece temblorosa. Los astros brillan en sus atalayas y lucen gozosos. Él los llama, y ellos responden: "¡Aquí estamos!", y brillan alegres para su hacedor. Éste es nuestro Dios Descubrió todos los caminos de la ciencia, la dio a conocer a su siervo Jacob y a su predilecto Israel.
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