Baruc 4, 31-35

¡Desventurados los que te maltrataron, y se alegraron de tu caída! ¡Desventuradas las ciudades en que tus hijos sirvieron! ¡Desgraciada la que a tus hijos recibió! Así como se alegró de tu caía y se regocijó de tu ruina, así se entristecerá por su desolación. Le quitaré la alegría de su población numerosa, en duelo se trocará su jactancia. Fuego del Eterno caerá sobre ella por largos días; y será morada de demonios por mucho tiempo.
Ver contexto