Ezequiel  4, 1-4

Y tú, hijo de hombre, toma un ladrillo, ponlo delante de ti y graba en él una ciudad: Jerusalén. Ponle sitio, construye un baluarte junto a ella, levanta junto a ella un terraplén, pon junto a ella campamentos y coloca junto a ella arietes todo alrededor. Toma luego una sartén de hierro y ponía como muro de hierro entre ti y la ciudad; tendrás constantemente fija tu mirada en ella, de modo que esté en estado de asedio, y la asediarás. Esto es una señal para la casa de Israel. Acuéstate luego del lado izquierdo, y yo echaré sobre ti la iniquidad de la casa de Israel. Cargarás con su iniquidad durante los días que estés acostado así.
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