Ezequiel  5, 1-4

Y tú, hijo de hombre, toma una espada afilada; la usarás como navaja barbera, y pásatela por la cabeza y por la barba. Toma luego una balanza de pesar y divide en partes el pelo cortado; a una tercera parte le prenderás fuego en medio de la ciudad cuando se cumplan los días del asedio; tomarás luego otra tercera parte, y la cortarás con la espada alrededor de la ciudad; la otra tercera parte la esparcirás al viento, y entonces yo desenvainaré la espada tras de ellos. De ahí tomarás unos pocos pelos y los atarás a la orla de tu vestido. De éstos tomarás aún algunos y los echarás al fuego y los quemarás en él. De ahí saldrá fuego para toda la casa de Israel.
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