Gálatas 6, 1-10

Hermanos, aun en el caso de que alguno fuera cogido en algún desliz, vosotros, los espirituales, procurad reintegrarlo con espíritu de mansedumbre, no sea que tú también seas tentado. Lleve cada uno las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo. Pues si alguno cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo miserablemente. Examine cada uno su propia obra, y entonces podrá tener motivos de satisfacción, pero sólo con respecto a sí mismo, y no comparándose con los demás. Pues cada uno ha de llevar su propia carga. El que recibe la enseñanza de la palabra, haga participar de toda clase de bienes al que le enseña. No os engañéis: de Dios no hay quien se burle; pues lo que el hombre sembrare, eso mismo cosechará. El que siembra en su propia carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra en el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien; que a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. Así pues, mientras tenemos tiempo, hagamos el bien para todos, y sobre todo para nuestros hermanos en la fe.
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