Isaías 2, 2-4

Sucederá al fin de los días que la montaña del templo de Yahvéh estará asentada en la cumbre de los montes y se elevará por encima de los collados. Afluirán a ella todas las naciones, vendrán pueblos numerosos y dirán: Venid y subamos a la montaña de Yahvéh, al templo del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y sigamos sus senderos, porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén, la palabra de Yahvéh. El juzgará las naciones y será el arbitro de pueblos numerosos; forjarán azadones con sus espadas y hoces con sus lanzas. No alzará la espada nación contra nación ni se adiestrarán más en la guerra.
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