Genesis 3, 22-24

Dijo entonces Yahvéh -Dios: He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros, por haber conocido el bien y el mal. No sea que ahora alargue su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre. Y le arrojó Yahvéh -Dios del jardín de Edén, para que labrara la tierra de donde fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y apostó al oriente del jardín de Edén querubines: llameantes espadas, para guardar el camino del árbol de la vida.
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