Romanos  1, 15-17

así que, por lo que a mí toca, deseo vivamente proclamar el Evangelio también entre vosotros, los de Roma. Porque no me avergüenzo del Evangelio, ya que es poder de Dios para salvar a todo el que cree: tanto al judío, primeramente, como también al griego. Pues, en el Evangelio, se revela la justicia de Dios partiendo de fe hasta consumarse en fe, según está escrito. «El justo vivirá de la fe» (Hb 2,4).
Ver contexto