Romanos  3, 21-26

Pero ahora, independientemente de la ley, ha quedado manifiesta la justicia de Dios, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios que, por medio de la fe en Jesucristo, llega a todos los que creen. Pues no hay diferencia, ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios. Pero, por la gracia de él, quedan gratuitamente justificados mediante la redención realizada en Jesucristo. Dios lo ha puesto como propiciación en su propia sangre, mediante la fe, a fin de mostrar su justicia al pasar por alto los pecados cometidos anteriormente en el tiempo de la paciencia divina, y a fin de mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y el que justifica a quien tiene fe en Jesús.
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