Mateo 27, 3-8

Entonces Judas, el traidor, cuando vio que fue condenado, sintió remordimiento ° y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y ancianos, diciendo: ¡Pequé entregando sangre inocente! Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el santuario, se retiró, y marchándose de allí, se ahorcó. Y los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro °, por cuanto es precio de sangre. Y después de tomar consejo, compraron con ellas el campo del alfarero como cementerio para los extranjeros. * Por lo cual, aquel campo fue llamado Campo de Sangre hasta hoy.
Ver contexto