I Samuel 19, 8-10

La guerra se reanudó. David salió a luchar contra los filisteos y les infligió una gran derrota; los filisteos huyeron ante él. Un mal espíritu del Señor vino sobre Saúl, cuando estaba sentado en su casa con la lanza en mano, mientras David tañía. Saúl intentó clavar a David en la pared con la lanza. Pero él esquivó a Saúl, que clavó la lanza en la pared. David huyó, poniéndose a salvo aquella noche.
Ver contexto