Numeros  25, 6-15

Sucedió que un hombre, uno de los hijos de Israel, vino y presentó ante sus hermanos a una madianita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad de los hijos de Israel, que estaba llorando a la entrada de la Tienda del Encuentro. Al verlo Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó en medio de la comunidad, lanza en mano, entró tras el hombre en la alcoba y los atravesó a los dos, al israelita y a la mujer, por el bajo vientre. Y se detuvo la plaga que azotaba a los hijos de Israel. Habían muerto ya por la plaga veinticuatro mil. El Señor habló a Moisés y le dijo: « Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha aplacado mi furor contra los hijos de Israel, porque él ha sido, de entre vosotros, el que ha sentido celo por mí; por eso no he acabado con los hijos de Israel a impulso de mis celos. Por eso digo: le concedo a él mi alianza de paz; tanto él como su descendencia tendrán derecho perpetuo al sacerdocio. Por haber sentido celo de su Dios y haber expiado por los hijos de Israel». El israelita muerto, el que fue matado junto con la madianita, se llamaba Zimrí, hijo de Salú, jefe de familia en la tribu de Simeón. Y la mujer muerta, la madianita, se llamaba Cosbí, hija de Sur, que era jefe de clan en Madián.
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