Ezequiel  5, 1-17

Hijo de hombre, toma mi espada afilada, úsala como navaja de afeitar y pásala por tu cabeza y por tu barba; después toma una balanza y divide en partes el pelo que hayas cortado. Una tercera parte, la quemarás en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio: la otra tercera parte, la cortarás con la espada, alrededor de toda la ciudad; y la tercera parte restante, la esparcirás al viento -y yo desenvainaré la espada detrás de ellos-. De esta última parte, tomarás una pequeña cantidad y la recogerás en tu manto. Y de allí mismo, recogerás unos pocos cabellos, los arrojarás al fuego y los quemarás. De allí saldrá fuego sobre todo Israel. Así habla el Señor: Esta es la ciudad de Jerusalén. Yo le había puesto en medio de las naciones, con otro países a su alrededor. Pero ella se rebeló contra mis leyes con una maldad mayor que la de las naciones, y contra mis preceptos, más que los países que la rodean. Sí, han despreciado mis leyes y no han seguido mis preceptos. Por eso, así habla el Señor: Porque ustedes han sido más rebeldes que las naciones que los rodean y no han seguido mis preceptos, porque no han practicado mis leyes y ni siquiera han procedido según las costumbres de las naciones que los rodean, por eso, así habla el Señor: Yo también me pongo contra ti y haré justicia a la vista de todas las naciones: haré contigo lo que nunca hice ni haré jamás, a causa de todas tus abominaciones. Por eso, los padres comerán a sus hijos, y los hijos comerán a sus padres; te infligiré justos castigos y dispersaré a todos los vientos todo lo que reste de ti. Por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor-: por haber contaminado mi Santuario con todos tus horrores y todas tus abominaciones, también yo te arrasaré, sin una mirada de piedad y sin compadecerme. Una tercera parte de tu pueblo morirá por la peste y perecerá de hambre en medio de ti; la otra tercera parte caerá al filo de la espada en tus alrededores; y a la tercera parte restante, la dispersaré a todos los vientos y desenvainaré la espada detrás de ellos. Desahogaré mi ira, saciaré mi furor contra ellos y me vengaré; y cuando haya desahogado mi furor contra ellos, sabrán que yo, el Señor, he hablado llevado por mis celos. Te convertiré en ruinas y en oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen. Serás oprobio y objeto de ultraje, escarmiento y motivo de horror para las naciones que te rodean, cuando yo te inflija justos castigos con ira, con indignación y con violentos reproches. Yo, el Señor, he hablado. Y cuando arroje contra ustedes las flechas siniestras del hambre, las flechas exterminadoras que enviará para destruirlos, yo les haré pasar hambre y acabaré con las reservas de pan. Enviaré contra ustedes el hambre y las bestias feroces, y ellas te privaran de tus hijos; pasarán por ti la peste y la sangre, y haré venir la espada contra ti. Yo, el Señor, he hablado.
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