Salmos 104, 5-9

Afirmaste la tierra sobre sus cimientos: ¡no se moverá jamás! El océano la cubría como un manto, las aguas tapaban las montañas; pero tú las amenazaste y huyeron, escaparon ante el fragor del trueno. Subieron a las montañas, bajaron por los valles, hasta el lugar que les habías señalado: les fijaste un límite que no pasarán, ya no volverán a cubrir la tierra.
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