I Macabeos 14, 30-36
“
Jonatán los congregó y fue sacerdote hasta que se reunió con sus padres. Resolvieron entonces los enemigos invadir la tierra, devastarla y hacerse dueños del santuario;" pero se levantó Simón y salió a la defensa de su pueblo, y con grandes expensas suyas armó a los valientes de su nación y les pagó la soldada. Fortificó las ciudades de Judea y a Betsur en sus confines, donde antes dominaban las armas de los enemigos. Puso allí guarnición judía, fortificó a Jope, junto al mar, y a Gazer, en los confines de Azoto, en la que antes habitaban los enemigos, e instaló en ellas judíos y los proveyó de cuanto era necesario para su defensa. Viendo el pueblo la conducta de Simón y la gloria que se proponía dar a su nación, le hicieron su caudillo y sumo sacerdote, en premio de haber realizado todas estas proezas y de la justicia y fidelidad que ha guardado a su pueblo, procurando por todos los medios el engrandecimiento de éste. En sus días todo prosperó, y los gentiles fueron exterminados de la tierra, y en la misma Jerusalén los que ocupaban la ciudad de David, que habían convertido en ciudadela, de donde hacían salidas, profanando los alrededores del santuario, con gran perjuicio de su santidad. ”