I Reyes 2, 10-19

Durmióse David con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. El tiempo que reinó David sobre Israel fue de cuarenta años: siete años reinó en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Sentóse Salomón en el trono de David, su padre, y su reino quedó muy firme. Adonías, hijo de Jaguit, fue en busca de Betsabé, madre de Salomón. Ella le dijo: “¿Vienes de paz?” Y él respondió: “De paz.” El añadió: “Quisiera decirte una palabra.” “Habla,” le dijo ella. Y él dijo: “Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto en mí los ojos para hacerme rey; pero el reino ha sido traspasado y dado a mi hermano, porque Yahvé se lo había destinado." Una sola cosa te pido ahora; no me la niegues.” Ella respondió: “Di.” Y él prosiguió: “Te pido que digas a Salomón, porque él no te lo negará, que me dé por mujer a Abisag la sunamita.” Betsabé dijo: “Bien; yo hablaré por ti al rey.” Betsabé fue a hablar a Salomón por Adonías, y el rey se levantó para salir a su encuentro, la besó, y, sentándose sobre su trono, hizo poner otro para de madre del rey y la sentó a su derecha.
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