I Reyes 7, 16-22

No eran macizas, sino huecas; el grueso de sus paredes era de cuatro dedos. Fundió capiteles de bronce para encima de las columnas, de cinco codos de alto el uno y cinco codos de alto el otro." Hizo para los capiteles de encima de las columnas reticulados y trenzados, de trenzas a modo de cadenas, uno para cada capitel. Hizo granadas todo en derredor del reticulado y el trenzado en dos nías, y para cubrir el capitel que estaba sobre una de las columnas hizo lo mismo que para el capitel de la otra. Los capiteles eran por arriba de forma de flor de loto y tenían cada uno cuatro codos. Había en cada capitel sobre las columnas doscientas granadas, alrededor de dos órdenes en lo alto de cada capitel, junto al trenzado. Alzó las columnas delante del atrio del templo. Alzó la primera al lado de la derecha, y la llamó Jaquín; luego la del lado de la izquierda, y la llamó Boaz." Así terminó la obra de las columnas.
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