I Timoteo 5, 17-19

Los presbíteros que presiden bien, sean tenidos en doble honor, sobre todo los que se ocupan en la predicación y la enseñanza. Pues dice la Escritura: “No pondrás bozal al buey que trilla” y “Digno es el obrero de su salario.” Contra un presbítero no recibas acusación alguna si no fuere apoyada por dos o tres testigos.
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