II Macabeos 12, 20-26

El Macabeo organizó su ejército por cohortes, puso a aquellos dos al frente de ellas y partió en busca de Timoteo, que tenía a sus órdenes ciento veinte mil infantes y mil quinientos jinetes. Así que supo éste la llegada de Judas, envió las mujeres y los niños y toda la impedimenta a un lugar llamado Camión, que era muy fuerte y de difícil acceso a causa de lo montuoso y quebrado del terreno. Al aparecer la primera cohorte de Judas, se apoderó de los enemigos el pánico. Una aparición del que todo lo ve les infundió tal miedo, que se dieron todos a la fuga, cada uno por su lado, de suerte que unos a otros se molestaban y con las puntas de las espadas se herían. Judas persiguió con encarnizamiento a aquellos criminales, matando hasta treinta mil hombres. El mismo Timoteo, caído en manos de Dositeo y Sosípatro, instaba mucho que le dejasen libre, pues que tenía en su poder a muchos padres y hermanos de judíos, que no lo pasarían bien si él moría. Dada su palabra con muchas seguridades de que los restituiría incólumes, le dieron libertad por amor de los hermanos. Partió Judas contra Camión y contra el santuario de Atargates, donde dio muerte a veinticinco mil hombres.
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