II Reyes  16, 12-15

Llegado de Damasco, vio el rey el altar, y, acercándose, subió a él;" hizo quemar en él su ofrenda y su holocausto, y libó en el sus libaciones y derramó en él la sangre de sus sacrificios eucarísticos. Quitó de ante la casa el altar de bronce que había ante Yahvé, para que no estuviese entre el nuevo altar y la casa de Yahvé, y le puso cerca del nuevo altar, hacia el norte. El rey Ajaz dio al sacerdote Urías esta orden: “Quema en el gran altar el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto de todo el pueblo y sus ofrendas; derrama en él sus libaciones y la sangre de todos los holocaustos y todos los sacrificios. Del altar de bronce ya dispondré yo.”
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