Deuteronomio  26, 11-15

te regocijarás con los bienes que Yahvé, tu Dios, te ha dado a ti y a tu casa; tú, el levita y el peregrino que mora en medio de ti.” “Cuando hubieras acabado de separar la décima de los frutos de tus campos, el año tercero, año del diezmo, darás de ella al levita, al peregrino, al huérfano y a la viuda para que coman y se sacien en tu ciudad, y dirás ante Yahvé, tu Dios: “He tomado de mi casa lo santo y se lo he dado al levita, al peregrino, al huérfano y a la viuda, conforme a lo que me has mandado; no he traspasado tus mandatos ni los he olvidado," no he comido nada de ello en mi luto, no he consumido nada en estado de impureza, no lo he dado a los muertos, he obedecido a la voz de Yahvé, mi Dios, y en todo he hecho lo que tú me has mandado;" mira desde tu santa morada, desde los cielos, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, la tierra que mana leche y miel.”
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