Deuteronomio  26, 5-10

y, tomando de nuevo la palabra, dirás: “Un arameo errante fue mi padre, y bajó a Egipto en corto número para morar allí como forastero, y creció hasta hacerse gran muchedumbre, de mucha y robusta gente. Afligiéronnos los egipcios y nos persiguieron, imponiéndonos rudísimas cargas;" y clamamos a Yahvé Dios de nuestros padres, que nos oyó y miró nuestra humillación, nuestro trabajo y nuestra angustia, y nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo tendido, en medio de gran pavor, prodigios y portentos;" y nos introdujo en este lugar, dándonos una tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de la tierra que Yahvé me ha dado;” y las dejarás ante Yahvé, tu Dios; y, adorado Yahvé, tu Dios,"
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