“ Quien observa la Ley, ése es el que ofrece ricas ofrendas. El sacrificio saludable es guardar los preceptos. (TEXTO OMITIDO) Ser agradecido a Dios es ofrecer flor de harina, y practicar la limosna es ofrecer sacrificio de alabanza. Se complace al Señor apartándose del mal, y se obtiene el perdón apartándose de la injusticia. No te presentes ante el Señor con las manos vacías, porque así te está mandado. La ofrenda del justo hace pingüe el altar, y su buen olor llega ante el Altísimo. El sacrificio del justo es acepto, y su memoria de recordación no será olvidada. Honra al Señor con corazón generoso y no disminuyas las primicias de tus manos. Ofrece todos tus dones con rostro alegre, y con alegría consagra los diezmos. Da al Altísimo según lo que El te da, y da con ánimo generoso lo que puedas;" que el Señor es generoso en recompensar, y te pagará el séptuplo. No pienses en sobornar al Señor, porque no recibirá tus dones. Y no confíes en sacrificios injustos, porque justo es el Señor, y no hay en él aceptsón de personas. No toma partido contra el pobre y escucha la oración del oprimido. Jamás desdeña la súplica del huérfano ni de la viuda si ante El derrama sus quejas. ¿No corren las lágrimas de la viuda por sus mejillas y su clamor no se dirige contra el que las hace correr? (TEXTO OMITIDO) El que sirve al Señor devotamente halla acogida y su oración subirá hasta las nubes. La oración del humilde traspasa las nubes y no descansa hasta llegar a Dios, ni se retira hasta que el Altísimo fija en ella su mirada. Juzgará el Señor y ejecutará su fallo. No se hará esperar, y sin misericordia, hasta aplastar a los opresores. Y hará venganza en las gentes hasta aniquilar al ejército de los prepotentes y romper el cetro de los inicuos;" hasta dar al hombre según sus obras y remunerarle conforme a sus intenciones;" hasta defender la causa de su pueblo y alegrarlos con su misericordia. Hermosa es la misericordia en el tiempo de la tribulación, como las nubes cargadas de agua en tiempo de sequía. ”