Genesis 17, 22-23

Y, como acabó de hablarle, desapareció Dios. Tomó, pues, Abraham a Ismael, su hijo, y a todos los siervos, los nacidos en casa y los comprados, todos los varones de su casa, y circuncidó la carne de su prepucio aquel mismo día, como se lo había mandado Yahvé.
Ver contexto