Exodo  21, 28-30

Si un buey acornea a un hombre o a una mujer y se sigue la muerte, el buey será lapidado, no se comerá su carne, y el dueño será quito. Pero, si ya de antes el buey acorneaba, y, requerido el dueño, no lo tuvo encerrado, el buey será lapidado si mata a un hombre o a una mujer, pero el dueño será también reo de muerte. Si en vez de la muerte le pidieren al dueño un precio como rescate de la vida, pagará lo que se le imponga.
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