Ezequiel  37, 9-14

Díjome entonces: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así habla el Señor, Yahvé: Ven, ¡oh espíritu! ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos, y vivirán. Profeticé yo como se me mandaba, y entró en ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie, un ejército grande en extremo. Díjome entonces: Hijo de hombre, esos huesos son la entera casa de Israel. Andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, ha fallado nuestra esperanza, estamos perdidos. Por eso profetiza y diles: Así habla el Señor, Yahvé: Yo abriré vuestros sepulcros y os sacaré de vuestras sepulturas, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel, y sabréis que yo soy Yahvé cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío, y ponga en vosotros mi espíritu y viváis, y os dé reposo en vuestra tierra, y sabréis que yo soy Yahvé, lo dije y lo hice, oráculo de Yahvé.
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