Genesis 32, 25-33

Quedóse Jacob solo, y hasta rayar la aurora estuvo luchando con él un hombre, el cual, viendo que no le podía, le dio un golpe en la articulación del muslo, y se relajó el tendón del muslo de Jacob luchando con él. El hombre dijo a Jacob: “Déjame ya que me vaya, que sale la aurora.” Pero Jacob respondió: “No te dejaré ir si no me bendices.” El le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?” “Jacob,” contestó éste. Y él le dijo: “No te llamarás ya en adelante Jacob, sino Israel, pues has luchado con Dios y con hombres y has vencido.” Rogóle Jacob: “Dame, por favor, a conocer tu nombre”; pero él le contestó: “¿Para qué preguntas por mi nombre?”; y le bendijo allí." Jacob llamó a aquel lugar Peniel, pues dijo: “He visto a Dios cara a cara y ha quedado a salvo mi vida.” Salía el sol cuando pasó de Panuel, e iba cojeando del muslo. Por eso los hijos de Israel no comen, todavía hoy, el tendón femoral de la articulación del muslo, por haber sido herido en él Jacob.
Ver contexto