Genesis 37, 28-36

y, cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndole del pozo, y por veinte monedas de plata se lo vendieron a los ismaelitas, que le llevaron a Egipto. Volvió Rubén al pozo, pero no estaba en él José, y, rasgando sus vestiduras, volvióse a donde estaban sus hermanos, y dijo: “El joven no parece, ¿adonde iré yo ahora?” Tomaron la túnica talar de José y, matando un macho cabrío, la empaparon en la sangre, la tomaron y se la llevaron a su padre, diciendo: “Esto hemos encontrado; mira a ver si es o no la túnica de tu hijo.” Reconociéndola él, dijo: “La túnica de mi hijo es; una fiera le ha devorado, ha despedazado enteramente a José.” Rasgó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. Venían todos sus hijos y sus hijas a consolarle; pero él rechazaba todo consuelo, diciendo: “En duelo bajaré al “seol,” a mi hijo.” Y su padre le lloraba." los madianitas le vendieron en Egipto a Putifar, ministro del faraón y jefe de la guardia.
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