I Reyes 5, 1-18

(15) Hiram, rey de Tiro, mandó sus embajadores a Salomón cuando supo que había sido ungido rey en lugar de su padre, pues siempre había sido amigo de David. (16) Salomón dijo a Hiram: (17) “Tú sabes que David, mi padre, no pudo hacer casa para Yahvé, su Dios, por las guerras que tuvo en torno, hasta que Yahvé los puso bajo las plantas de sus pies. (18) Ahora Yahvé, mi Dios, me ha dado la paz por todas partes; no tengo enemigos ni querellas," (19) y quiero edificar a Yahvé, mi Dios, una casa, como se lo manifestó Yahvé a mi padre, diciendo: “Tu hijo, el que pondré yo en tu lugar sobre tu trono, edificará casa a mi nombre.” (20) Manda, pues, cortar para mí cedros en el Líbano; mis siervos se unirán a los tuyos y yo te daré lo que tú me pidas para el salario de los tuyos, pues bien sabes que no hay entre nosotros quien sepa labrar la madera como los sidonios.” (21) Alegróse mucho Hiram cuando oyó las palabras de Salomón y dijo: “Bendito Yahvé, que ha dado a David un hijo sabio sobre ese gran pueblo.” (22) Y mandó a Salomón esta respuesta: “He oído lo que me has mandado a decir. Haré lo que me pides en cuanto a la madera de cedros y cipreses. (23) Mis siervos los bajarán del Líbano al mar y yo los haré llegar en balsas hasta el lugar que tú me digas. Allí se desatarán, y tú los tomarás, y cumplirás mi deseo proveyendo de víveres a mi casa.” (24) Hiram facilitó a Salomón cuanta madera de cedro y de ciprés quiso éste;" (25) y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el mantenimiento de su casa y veinte mil batos de aceite de olivas molidas. Esto es lo que cada año entregaba Salomón a Hiram. (26) Yahvé dio a Salomón la sabiduría, como se lo había prometido, y hubo entre Hiram y Salomón paz e hicieron una alianza. (27) Salomón hizo en todo Israel una leva de treinta mil hombres para el trabajo, (28) que enviaba al Líbano. Diez mil por mes alternativamente, estando un mes en el Líbano y dos en sus casas. El prefecto de estos trabajadores obligados era Adoniram. (29) Tenía, además, Salomón setenta mil hombres dedicados al transporte y ochenta mil cortadores en el monte, (30) sin contar los principales jefes que había puesto Salomón al frente de las obras, en número de tres mil trescientos, que mandaban a los grupos de trabajadores. (31) Mandó el rey traer grandes piedras escogidas para los cimientos de la casa, y los carpinteros (32) y los canteros de Salomón y los de Hiram cortaban con los guibalenses y labraban la madera y la cantería para la casa.
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