Isaías 10, 16-34

Mas, por eso, el Señor Yahvé de los ejércitos herirá de flaqueza a ese cuerpo tan robusto. Y debajo de su gloria encenderá un fuego, como fuego de incendio. Y la luz de Israel se convertirá en fuego, y su Santo en llama, para quemar y devorar en un solo día sus cardos y sus espinas, Y la hermosura de su bosque y de su vergel quedará del todo destruida, y será como el consumirse de un enfermo. Y los árboles que de su selva queden serán tan pocos, que un niño podrá contarlos. En aquel día, el resto de Israel y los sobrevivientes de la casa de Jacob no se apoyarán ya sobre el que los hirió, sino que se apoyarán con fidelidad en Yahvé, el Santo de Israel. Volverá un resto, un resto de Jacob, al Dios fuerte. Porque, aunque fuera tu pueblo Israel corno las arenas del mar, sólo un resto volverá. Decretada está la destrucción, que acarreará la justicia. Y este decreto de destrucción lo ejecutará Yahvé de los ejércitos en toda la tierra. Por eso dice el Señor Yahvé de los ejércitos: Pueblo mío, que habitas en Sión, no ternas que Asur te hiera con la vara y alce contra ti su bastón como Egipto. Dentro de poco tiempo, dentro de muy poco, mi cólera llegará al fin, y mi furor los destruirá. Yahvé de los ejércitos levantará contra ellos el azote, como cuando hirió a Madián en la roca de Joreb, y el mar con su báculo, como lo levantó un día en Egipto, y en ese día quitará su peso de sobre tus espaldas, y su yugo de sobre tu cuello. Ya avanza del lado de Rimón, ha llegado a Ayot, pasa por Magrón y deja en Micmas su impedimento. Han pasado el desfiladero, y durante la noche han acampado en Guebá; Rama está temblando, Gabaá de Saúl está en fuga;" lanza gritos la hija de Galim, escucha Lais, respóndele Anatot, Madmena huye, los habitantes de Gabim han escapado. Hoy todavía hace alto en Nob, y alza su mano contra el monte de la hija de Sión, contra el monte de Jerusalén. He aquí que Yahvé de los ejércitos desgajará con fuerza las ramas; i las cimeras serán cortadas, y las altas abatidas." La madera del bosque será cortada a hierro, y echados a tierra los cedros del Líbano.
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