Isaías 8, 1-4

Díjome Yahvé: Torna una tabla grande y escribe en ella con estilo de hombre: A Maher-salal-jas-baz. Y tómame dos testigos fieles, Urías el sacerdote y Zacarías, hijo de Jaberequías. Acerquéme a la profetisa, que concibió y parió un hijo, y Yahvé me dijo: Llámale Maher-salal-jas-baz, porque antes que el niño sepa decir “padre mío, madre mía,” las riquezas de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asiría.
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