Lucas 21, 5-36

Hablándole algunos del templo, que estaba edificado con hermosas piedras y adornado de exvotos, dijo: De todo esto que veis, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruido. Le preguntaron diciendo: Maestro, ¿y cuándo sucederá y cuál es la señal de que estas cosas comiencen a suceder? El les dijo: Mirad que no os dejéis engañar, porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Soy yo” y “El tiempo está cerca.” No los sigáis. Cuando oyereis hablar de guerras y revueltas, no os aterréis; porque es preciso que sucedan estas cosas primero, pero no vendrá luego el fin." Entonces les decía: Se levantará nación contra nación y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos lugares, hambres, pestes, espantos y grandes señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas pondrán sobre vosotros las manos y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y metiéndoos en prisión, conduciéndoos ante los reyes y gobernadores por amor de mi nombre. Será para vosotros ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preocuparos de vuestra defensa, porque yo os daré un lenguaje y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados aun por los padres, por los hermanos, por los parientes y por los amigos, y harán morir a muchos de vosotros, y seréis aborrecidos de todos a causa de mi nombre. Pero no se perderá un solo cabello de vuestra cabeza. Por vuestra paciencia salvaréis vuestras almas. Cuando viereis a Jerusalén cercada por los ejércitos, entended que se aproxima su desolación. Entonces los que estén en Judea huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad, retírense; quienes en los campos, no entren en ella," porque días de venganza serán ésos para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Ay entonces de las encintas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre la tierra y gran cólera contra este pueblo. Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos entre todas las naciones, y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de las naciones. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra perturbación de las naciones, aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas, exhalando los hombres sus almas por el terror y el ansia de lo que viene sobre la tierra, pues las columnas de los cielos se conmoverán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y majestad grandes. Cuando estas cosas comenzaren a suceder, cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención. Y les dijo una parábola: Ved la higuera y todos los árboles;" cuando echan ya brotes, viéndolos, conocéis por ellos que se acerca el verano. Así también vosotros, cuando veáis estas cosas, conoced que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación antes que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Estad atentos, no sea que se emboten vuestros corazones por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y de repente venga sobre vosotros aquel día como un lazo; porque vendrá sobre todos los moradores de la tierra." Velad, pues, en todo tiempo y orad para que podáis evitar todo esto que ha de venir, y comparecer ante el Hijo del hombre.
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