Lucas 8, 5-13

Salió un sembrador a sembrar su simiente, y, al sembrar, una parte cayó junto al camino, y fue pisada, y las aves del cielo la comieron. Otra cayó sobre la peña, y, nacida, se secó por falta de humedad. Y otra cayó en medio de espinas, y, brotando juntamente las espinas, la ahogaron. Otra cayó en tierra buena, y, nacida, dio un fruto céntuplo. Dicho esto, clamó: El que tenga oídos para oír, que oiga. Preguntábanle sus discípulos qué significase aquella parábola, y El contestó: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, de manera que viendo no vean y oyendo no entiendan." He aquí la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Los que están a lo largo del camino son los que oyen, pero en seguida viene el diablo y arrebata de su corazón la palabra para que no crean y se salven. Los que están sobre peña son los que, cuando oyen, reciben con alegría la palabra, pero no tienen raíces; creen por algún tiempo, pero al tiempo de la tentación sucumben."
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