Numeros  25, 2-17

Invitábanle éstas a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comía y se prosternaba ante ellos. Israel se fue tras Baalfegor, y la ira de Yahvé se encendió contra Israel. Dijo Yahvé a Moisés: “Reúne a todos los jefes del pueblo, y cuelga a ésos del patíbulo ante Yahvé cara al sol, para que se aparte de Israel la cólera encendida de Yahvé.” Dijo, pues, Moisés a los jueces de Israel: “Matad a cualquiera de los vuestros que haya servido a Baalfegor.” En esto llegó uno de los hijos de Israel e introdujo en medio de sus hermanos a una madianita a los ojos mismos de Moisés y en presencia de toda la comunidad de los hijos de Israel, mientras éstos lloraban a la entrada del tabernáculo de la reunión. Viéndolo Finés, hijo de Eleazar, sacerdote, se alzó en medio de la asamblea, y, tomando una lanza, se fue tras el hijo de Israel, hasta la parte posterior de su tienda, y los alanceó a los dos, al hombre y a la mujer, en sus vientres, y cesó el azote entre los hijos de Israel. En aquella plaga murieron veinticuatro mil. Habló Yahvé a Moisés, diciéndole: “Finés, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sacerdote, ha apartado mi furor de los hijos de Israel, por el celo con que ha celado mi honor; por eso no he consumido yo en el furor de mi celo a los hijos de Israel." Por tanto, le dirás que yo hago con él una alianza de paz, alianza de un sacerdocio eterno, para él y para su descendencia, por haber sido celador de su Dios y haber hecho la expiación por los hijos de Israel.” El israelita que fue muerto juntamente con la madianita se llamaba Zimrí, hijo de Salú, y era jefe de una de las familias de la tribu de Simeón. La madianita se llamaba Cozbí, hija de Sur, jefe de la tribu de una de las casas patriarcales de Madián. Yahvé habló a Moisés, diciéndole: “Tratad a los madianitas como enemigos y destruidlos,
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