Romanos  2, 6-16

que dará a cada uno según sus obras;" a los que con perseverancia en el bien obrar buscan gloria, honor e inmortalidad, la vida eterna;" pero a los contumaces, rebeldes a la verdad, que obedecen a la injusticia, ira e indignación. Tribulación y angustia sobre todo el que hace el mal, primero sobre el judío, luego sobre el gentil;" pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para el judío, luego para el gentil;" pues en Dios no hay acepción de personas. En efecto, cuantos hayan pecado sin Ley, sin Ley también perecerán; y los que pecaron en la Ley, por la Ley serán juzgados;" porque no son justos ante Dios los que oyen la Ley, sino los cumplidores de la Ley, ésos serán declarados justos. En verdad, cuando los gentiles, que no tienen Ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la Ley, ellos mismos, sin tenerla, son para sí mismos Ley. Y con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo su conciencia, que ora acusa, ora defiende. Así se verá el día en que, según mi evangelio, juzgará Dios por Jesucristo las acciones secretas de los hombres.
Ver contexto