Deuteronomio  28, 15-68

Pero si no obedeces la voz de Yahweh tu Dios, no guardando ni poniendo por obra ninguna de sus ordenanzas y de sus estatutos que yo te ordeno hoy, te sobrevendrán todas estas maldiciones y te alcanzarán: Maldito serás en la ciudad, y maldito en el campo. Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Maldito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, las manadas de tus toros y los rebaños de tus ovejas. Maldito serás al entrar y maldito al salir. Yahweh enviará contra ti ruina, perturbación y reprensión en todo lo que emprendas hasta que acabe contigo, y hasta que perezcas rápidamente a causa de la maldad de tus obras, por las cuales me hayas dejado. Yahweh enviará contra ti peste hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Yahweh te herirá con estupor, con sarna, con inflamación, con fiebre ardiente, con palidez, con espada y con viento abrasador, los cuales te perseguirán. El cielo que está sobre tu cabeza será de bronce, y el suelo que está debajo de ti será de hierro. Yahweh derramará lluvia sobre tu tierra que será de arena y polvo, que descenderá del cielo contra ti hasta acabar contigo. Yahweh hará que seas derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, pero por siete caminos huirás de delante de ellos, y serás objeto del terror de todos los reinos de la tierra. Tu cadáver servirá de comida para las aves del cielo y para los animales de la tierra, y no habrá quien los espante. Yahweh te afligirá con la úlcera de Egipto, con hemorroides, con lepra y con postilla, sin que puedas ser curado. Yahweh te afligirá con confusión, con ceguera y con torpeza mental. Andarás a tientas al mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y no prosperarás en tus caminos, sino que todos tus días serás tratado con violencia y con opresión, y no habrá quien te libre. Te desposarás con una mujer, pero otro hombre la tomará; construirás una casa, pero no la habitarás; plantarás un viñedo, pero no pisarás su fruto. Tu buey será sacrificado en tu presencia, pero no comerás de él; tu asno será arrebatado ante ti, y no te lo devolverán; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien las recupere. Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; tus ojos lo verán y te lamentarás por ellos cada día, pero nada podrás hacer. El fruto de tu tierra y de toda tu labor, lo comerá un pueblo desconocido para ti; y serás oprimido y afligido todos tus días. Quedarás confundido debido a la visión que vean tus ojos. Yahweh te afligirá con sarna maligna en tus rodillas y en tus piernas, desde la planta del pie hasta la coronilla, sin que puedas ser curado. Yahweh te llevará a ti y al rey que hayas designado sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres han conocido, donde rendirás culto a otros dioses hechos de madera y de piedra. Y serás objeto de terror y motivo de refrán y de proverbio para todas las naciones a las cuales Yahweh te arroje. Llevarás mucha semilla a tu campo, pero cosecharás poco, porque la langosta la devorará. Plantarás una vid y la cultivarás, pero no beberás vino ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. Habrá olivos en todo tu territorio, pero no te ungirás con aceite, porque tus aceitunas se caerán. Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti porque serán llevados cautivos. La langosta devorará todos tus árboles y el fruto de la tierra. El extranjero que habite en medio de ti se elevará cada vez más alto que tú, pero tú descenderás cada vez más bajo. Él te prestará, pero tú no le prestarás a él; él será la cabeza y tú la cola. Todas estas maldiciones te sobrevendrán; te perseguirán y te alcanzarán hasta que acaben contigo, porque tú no has obedecido la voz de Yahweh tu Dios, ni has guardado sus mandamientos y sus estatutos, los cuales Él te ordenó. Y te serán por señal y por maravilla, a ti y a tu descendencia para siempre, por no haber servido a Yahweh tu Dios con gozo y con alegría de corazón cuando tenías abundancia de todo. Servirás a tus enemigos, a aquellos que Yahweh enviará en tu contra, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y de la escasez de todo. Él pondrá sobre tu cerviz un yugo de hierro hasta que te destruya. Yahweh traerá contra ti una nación remota, desde los confines de la tierra, como águila que se precipita poderosamente, una nación cuyo idioma no comprendes, una nación de aspecto fiero, que no tiene respeto por los ancianos ni compasión de los niños. Comerá las crías de tu ganado y el fruto de tu tierra hasta que perezcas; y no dejará para ti grano, ni vino, ni aceite, ni manadas de bueyes, ni rebaños de ovejas, hasta que te extermine. Y asediará todas tus ciudades, hasta que en toda tu tierra se desplomen tus altas murallas y tus fortalezas en las cuales estabas confiado; asediará todas tus ciudades en toda la tierra que Yahweh tu Dios te haya entregado. Comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Yahweh tu Dios te haya dado; los comerás debido a la estrechez y a la angustia con la cual te oprimirá tu enemigo. Aun el hombre tierno en medio de ti y que te trata afectuosamente, tratará mal a su hermano, a la esposa de su pacto y al resto de sus hijos que le sobrevivan, no compartiendo con ellos la carne de sus hijos que él se comerá, pues nada le habrá sobrado a causa de la estrechez y de la angustia con que te oprimirá tu enemigo en todas tus ciudades. Y la mujer tierna y delicada en medio de ti, que no se atrevía a asentar la planta de su pie en el suelo de tan tierna y delicada, maltratará a su esposo, a su hijo y a su hija; y se comerá la placenta que sale de entre sus pies y al hijo que dio a luz ante la escasez de todo, a causa de la estrechez y de la aflicción con que te oprimirá tu enemigo en todas tus ciudades. Si no guardas y pones por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, mostrando reverencia a este Nombre glorioso y temible de Yahweh tu Dios, Yahweh designará tus plagas y las plagas de tu descendencia, enormes y permanentes plagas, enfermedades malignas y crónicas; Él traerá contra ti todas las plagas de Egipto, ante las cuales tuviste miedo, y no te abandonarán. También traerá Yahweh contra ti todas las enfermedades y todas las plagas que no están registradas en este libro de la ley, hasta que te consuman. Y después de haber sido tantos como las estrellas del cielo, quedarán pocos en número, por no haber obedecido la voz de Yahweh tu Dios. Y así como Yahweh se regocijaba en ustedes para hacerles bien y multiplicarlos, así Yahweh se gozará en ustedes para destruirlos y exterminarlos; serán cortados de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Yahweh te dispersará entre todas las naciones desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; allí rendirás culto a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido. No tendrás tranquilidad entre esas naciones, ni la planta de tu pie tendrá reposo, sino que Yahweh te dará allí un corazón temeroso, oscuridad de ojos y alma extenuada. Vivirás en suspenso constante, con miedo día y noche, y no tendrás seguridad en tu vida. Debido al terror con que te aterrarás en tu corazón y al espectáculo que verán tus ojos, por la mañana dirás: “¿Cuándo llegará la tarde?”, y por la tarde dirás: “¿Cuándo llegará la mañana?” Yahweh hará que regreses a Egipto en naves, por el camino del cual te había dicho: “Nunca más lo volverás a ver”, y allí los ofrecerán en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, pero no habrá quien los compre.
Ver contexto