Genesis 27, 27-29
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Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:Mira, el olor de mi hijo,Como el olor del campo que Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo,Y de las grosuras de la tierra,Y abundancia de trigo y de mosto. Sírvante pueblos,Y naciones se inclinen a ti;Sé señor de tus hermanos,Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.Malditos los que te maldijeren,Y benditos los que te bendijeren.a,b ”