I Reyes 13 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 34 versitos |
1 He aquí que vino un profeta de Dios desde Judá hasta Betel con palabra de Yahweh, cuando Jeroboam estaba parado junto al altar para ofrecer incienso,
2 y clamó contra el altar por orden de Yahweh, diciendo: Oh altar, oh altar, escucha la palabra de Yahweh: Así dice Yahweh: “He aquí que nacerá un hijo a la casa de David cuyo nombre será Josías, y él sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que ofrecen incienso sobre ti, y quemarán huesos humanos sobre ti”.
3 Y dio aquel mismo día una señal, y dijo: Ésta será la señal de Yahweh me envió: He aquí que el altar se romperá, y se derramará la ceniza que hay sobre él.
4 Al escuchar el rey las palabras del profeta de Dios que había clamado contra el altar que estaba en Betel, el rey extendió su mano desde el altar, diciendo: ¡Préndanlo! Pero se le secó la mano que había extendido contra él, de modo que no pudo volverla hacia sí.
5 Entonces el altar se rompió y la ceniza que había sobre él se derramó, de acuerdo a la señal que había dado el profeta de Dios por palabra de Yahweh.
6 Entonces el rey gritó al profeta de Dios, diciendo: ¡Ora por mí ante Yahweh tu Dios, y ruégale que restaure mi mano! Y el profeta de Dios oró ante Yahweh, y su mano le fue restaurada a su condición anterior.
7 Luego el rey dijo al profeta de Dios: Ven conmigo a casa a comer, y te daré presentes.
8 Pero el profeta de Dios le contestó: Aunque me dieras la mitad de tu casa no entraría contigo a la casa, ni comería pan, ni bebería agua,
9 pues así me fue ordenado por palabra de Yahweh, diciéndome: “No comas pan ni bebas agua, ni vuelvas por el camino que vayas”.
10 Y él se fue por otro camino; no volvió por el camino por el cual se había ido a Betel.
11 Vivía entonces en Betel un profeta anciano; y llegaron sus hijos y le informaron todo lo que había hecho el profeta de Dios en Betel aquel día; también sus hijos contaron a su padre la palabra que él había dicho al rey.
12 Entonces su padre les preguntó: ¿Por cuál camino se fue? Y sus hijos le mostraron el camino por el cual se había marchado el profeta de Dios que vino de Judá.
13 Luego dijo a sus hijos: Aparéjenme el asno. Y ellos le aparejaron el asno, y él lo montó;
14 y fue tras el profeta de Dios, y lo encontró sentado debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el profeta de Dios que vino de Judá? Él le contestó: Yo soy.
15 Él le dijo: Ven conmigo a casa a comer pan.
16 Y él le respondió: No puedo regresar contigo ni ir a tu casa, ni comer pan contigo ni beber agua en este lugar;
17 pues así se me ha advertido por orden de Yahweh: “No comas allí pan ni bebas agua, ni vuelvas por el camino que vayas”.
18 Pero él le insistió: También yo soy profeta al igual que tú, y un ángel me dijo por palabra de Yahweh: “Hazlo que vuelva contigo a casa para que coma pan y beba agua”. Pero le mintió.
19 Y regresó con él, y comió pan y bebió agua en su casa.
20 Cuando ellos estaban sentados a la mesa, vino palabra de Yahweh al profeta que lo había hecho volver,
21 y clamando contra el profeta de Dios que vino de Judá, le habló de este modo: Así dice Yahweh: “Por cuanto te rebelaste a la palabra de la boca de Yahweh, y no guardaste el mandato que te dio Yahweh tu Dios,
22 sino que regresaste y comiste pan y bebiste agua en el lugar del cual Él te había dicho: ‘No comas pan ni bebas agua’, por tal motivo, tu cadáver no entrará a la tumba de tus padres”.
23 Después de que ellos hubieron comido pan y bebido agua, le aparejaron el asno al profeta de Dios;
24 y cuando él partió, lo encontró un león en el camino y lo mató; su cadáver quedó tirado en el camino, y el asno estaba parado a su lado, y también el león se quedó parado junto al cadáver;
25 y he aquí que unos hombres que pasaban vieron que el cadáver estaba tirado en el camino, el asno estaba parado a su lado, y el león estaba parado junto al cadáver, y fueron a decirlo a la ciudad en la cual vivía el profeta anciano.
26 Al enterarse el profeta que había provocado que se regresara del camino, dijo: Él es el profeta de Dios que se rebeló a la palabra de la boca de Yahweh; Yahweh lo entregó al león, el cual, despedazándolo, lo mató, conforme a la palabra que le dijo Yahweh.
27 Luego dijo a sus hijos: Aparéjenme el asno. Y ellos se lo aparejaron.
28 Y fue y encontró el cadáver tirado en el camino, y el asno y el león estaban parados junto al cadáver. El león no se había comido el cadáver ni había desgarrado al asno.
29 Entonces el profeta levantó el cadáver del profeta de Dios y lo colocó sobre el asno; luego lo llevó hasta la ciudad en la cual vivía el anciano profeta para hacer lamentación por él y sepultarlo.
30 Después colocó el cadáver en la tumba, y haciendo lamentación por él, exclamó: ¡Ay hermano mío! ¡Ay hermano mío!
31 Después de haberlo sepultado, dijo a sus hijos: Cuando yo muera, sepúltenme en la tumba en la cual está sepultado el profeta de Dios. Coloquen mis huesos junto a sus huesos;
32 pues sin duda acontecerá lo que él clamó por orden de Yahweh contra el altar de Betel, y contra todos los templos de los lugares altos que se hallan en los alrededores de Samaria.
33 Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de entre la gente para los lugares altos. El que quería ser sacerdote ofrecía un soborno, y era investido como sacerdote de un lugar alto.
34 Y esto se convirtió en motivo de pecado para la casa de Jeroboam, por lo que fue desarraigada y exterminada de la faz de la tierra.

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Introducción a I Reyes

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